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El crecimiento de los paĆ­ses de Europa del Este

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    Redacción TBT
  • 6 ene
  • 6 Min. de lectura

Los países de Europa del Este, que se han ido incorporando a la Unión Europea en oleadas sucesivas a lo largo de los últimos 20 años, han experimentado un crecimiento fenomenal. Echemos un vistazo mÔs de cerca a este milagro económico.


Fue hace 20 años. En 2004, 10 países, entre ellos Polonia, Chequia, Eslovaquia, Hungría y Eslovenia, se adhirieron a la Unión Europea (UE). A estos precursores del Este les siguieron unos años mÔs tarde Bulgaria y Rumanía (2007) y después, Croacia (2013). En aquel momento, para todos estos países, formar parte de la UE significaba recuperar el terreno perdido en términos económicos. Por ejemplo, entre 2004 y 2022, el producto interior bruto (PIB) per cÔpita de Polonia se multiplicó por 2,7 (170%), mientras que Francia y Alemania solo crecieron un 30% y un 45% respectivamente en el mismo período. Y Varsovia no es un caso especial: el PIB per cÔpita de Chequia (República Checa) se multiplicó por 2,4. Luego estÔ Eslovenia, a veces llamada "la Suiza de los Balcanes", cuyo PIB per cÔpita supera actualmente al de Portugal y España.


Aunque la pertenencia a la UE ha desempeñado un papel clave en este crecimiento, no es la única razón. "El auge económico en Europa del Este no comenzó con la integración en la UE", afirma Johannes Feist, director general de Mikro Kapital Management. "A partir de 1990, el colapso de la Unión Soviética dio a estos países la oportunidad de realizar la transición a una economía de mercado, adoptando medidas de libre mercado que impulsaron su crecimiento". Christopher Howarth, gestor de inversiones del equipo de renta variable europea de Baillie Gifford, comparte esta opinión. "Polonia abandonó la Unión Soviética en 1990 y desde entonces ha disfrutado de 34 años de crecimiento prÔcticamente ininterrumpido, lo que es bastante notable". Polonia, una excepción en comparación con los países occidentales, no experimentó un solo año de recesión hasta la pandemia de COVID. Su economía siguió creciendo, incluso durante la crisis financiera del euro de 2008-2009.


A partir de los años 90, la privatización y la liberalización de los precios ayudaron a los países de Europa del Este a impulsar su crecimiento, pero la integración en la UE aceleró ese desarrollo. "La financiación de la UE asignada a los nuevos Estados miembros para reducir las disparidades entre las naciones se ha destinado a desarrollar su infraestructura, mejorar su red de transporte por carretera y ferrocarril y mejorar su sistema educativo", añade Howarth. Polonia ha recibido la mayor cantidad de subvenciones de Bruselas, es decir, mÔs de 250.000 millones de euros desde 2004.


Los países de Europa del Este no son simplemente centros de fabricación de empresas extranjeras. Ahora tienen sus propios líderes industriales.

AdemÔs de la integración europea, las empresas extranjeras también han invertido en estos países. Un ejemplo revelador es la adquisición del fabricante de automóviles rumano Dacia por su homólogo francés Renault en 1999. Y el interés de las empresas occidentales en Europa del Este no ha disminuido con los años. Esto sigue siendo así hoy en día, con la inversión de empresas extranjeras que representa el 36% del PIB polaco en 2023. Por ejemplo, Intel anunció en junio de 2023 que invertiría hasta 4.600 millones de dólares para construir una instalación de ensamblaje y prueba de semiconductores cerca de Wroclaw en Polonia. Sin embargo, esta inversión se congeló en septiembre de 2024 durante dos años debido a las dificultades actuales del gigante tecnológico. El gigante chino CATL estÔ gastando 7.300 millones de euros para construir la fÔbrica de baterías para vehículos eléctricos mÔs grande de Europa cerca de Debrecen en Hungría, mientras que en agosto de 2023 el gigante alemÔn de defensa Rheinmetall abrió una fÔbrica para producir vehículos de combate de infantería Lynx en Zalaegerszeg, también en Hungría.


"Para atraer a las empresas extranjeras, los países de Europa del Este se benefician de una población bien formada, así como de unos costes laborales mÔs bajos", afirma Howarth. Los bajos salarios en los países del antiguo bloque del Este fueron un factor clave en su desarrollo económico tras la caída del Muro de Berlín, y así sigue siendo hoy, aunque esta ventaja se estÔ reduciendo gradualmente a medida que sus economías se acercan a los estÔndares occidentales. El salario mínimo en Polonia, que ahora se sitúa en 4.300 eslotis (unos 1.000 euros), sigue siendo mucho mÔs bajo que en Francia (1.766,92 euros), pero es mÔs alto que en Portugal (956,67 euros) y casi igual al de España (1.323 euros).


Esta tendencia podrĆ­a acabar restando atractivo a Europa del Este. En un estudio publicado en noviembre de 2023, la Escuela de Gestión IƉSEG seƱala que el aumento de los costes laborales en los paĆ­ses de Europa del Este "ha sido mucho mayor que el de toda la eurozona" desde 2015. Entre el primer trimestre de 2015 y el segundo trimestre de 2023, el aumento fue del 67% en Bulgaria, el 62% en Chequia, el 46% en RumanĆ­a, el 38% en Eslovaquia, el 34% en Eslovenia, el 25% en Polonia y el 19% en HungrĆ­a, en comparación con solo el 16% en la eurozona. Como resultado, "para las multinacionales, los paĆ­ses de Europa del Este son cada vez menos atractivos", escribe IƉSEG.


Pero los países de Europa del Este no son solo centros de fabricación de corporaciones extranjeras. Ahora tienen sus propios líderes industriales que se han hecho un nombre en el resto del mundo, como el experto en ciberseguridad Avast Software (Chequia), el desarrollador de videojuegos CD Projekt (Polonia) y el líder en automatización UiPath (Rumania). Estas empresas locales han disfrutado de una importante ventaja para impulsar su crecimiento: el acceso al mercado europeo. "La adhesión a la Unión Europea ha permitido a los países de Europa del Este acceder al mayor mercado único del mundo, sin barreras comerciales", afirma Johannes Feist, de Mikro Kapital Management. "Para países pequeños como Eslovaquia, el estrecho mercado interno ya no fue un problema a partir de ese momento". Al estar geogrÔficamente cerca de Alemania, la potencia económica del Viejo Continente, muchos países de Europa del Este se han aferrado al tejido industrial alemÔn y se han sumado a su crecimiento. La mayor economía de Europa absorbe mÔs del 25% de las exportaciones polacas.


"El crecimiento en estos países se mantendrÔ por encima de la media de la UE al menos durante los próximos cinco años"
Johannes Feist, Consejero Delegado de Mikro Kapital Management

Sin embargo, como se muestra en el reportaje de este número, los inversores occidentales no estÔn muy familiarizados con la mayoría de las empresas cotizadas de Europa del Este. Pero se estÔn perdiendo algo. "Los inversores occidentales no prestan atención a los mercados orientales, y eso es una pena", afirma Christopher Howarth de Baillie Gifford. "Países como Polonia tienen una concentración impresionante de empresas atractivas. Yo animaría a los inversores a interesarse por ellos". Johannes Feist coincide: "No creo que sea demasiado tarde para que los inversores se interesen por los mercados de Europa del Este. El crecimiento en estos países se mantendrÔ por encima de la media de la UE al menos durante los próximos cinco años". Esto se debe a que aún tienen mucho que recuperar. El PIB per cÔpita de Polonia, por ejemplo, sigue estando por debajo de la media de la UE (30.100 euros), frente a los 37.600 euros de 2023.


Pero cuidado: los índices de los países de Europa del Este han mostrado en los últimos años una rentabilidad superior a la de sus homólogos occidentales, pero también son mÔs volÔtiles. El índice MSCI de Polonia, que incluye las mayores capitalizaciones de la Bolsa de Varsovia, perdió un 26,76% de su valor en 2022, antes de subir un 49,45% en 2023. Se trata de una montaña rusa de emociones para los inversores informados. A modo de comparación, el índice MSCI Euro, que abarca los 10 países europeos mÔs desarrollados, perdió un 11,07% en 2022, antes de recuperarse un 21,87% en 2023.


AdemÔs, algunos nubarrones se han acumulado sobre las economías de Europa del Este en los últimos meses. Alemania, el principal socio de las ex repúblicas soviéticas que se han adherido a la UE, se encuentra actualmente atrapada en una crisis económica debido al lento crecimiento y la caída de la producción industrial. Otro punto negativo común a toda Europa del Este es la demografía. A pesar de la afluencia de refugiados ucranianos, la población estÔ disminuyendo constantemente, mientras que la tasa de desempleo ya estÔ en un mínimo histórico (por ejemplo, por debajo del 3% en Polonia a finales de 2023). Como resultado, aumentan las tensiones en los mercados laborales y, a su vez, alimentan la inflación.


La proximidad geogrÔfica de estos países a Rusia también se ha convertido en un problema desde que estalló la guerra en Ucrania. "Los países de Europa del Este, especialmente Polonia, estÔn invirtiendo masivamente en defensa, en lugar de en otras Ôreas mÔs productivas como la salud y la educación", dice Johannes Feist de Mikro Kapital Management. Por último, las economías de los países de Europa del Este siguen siendo muy intensivas en carbono y dependientes del petróleo y el gas rusos. Sin embargo, Feist no estÔ preocupado. "Nadie puede predecir lo que va a pasar en Ucrania", nos recuerda el analista. "Pero hasta ahora, los países de Europa del Este han resistido".

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